Sonreír, cantar, correr, jugar…

Qué gran alegría poder compartir nuestro tiempo con niñas o niños pequeños.

Su estado de ánimo y sus sentimientos casi siempre resultan contagiosos.

Verles sonreír, hablar y cantar mientras se mueven nos alegra el rato.

Cuánta energía derrochada solo en correr y jugar.

Repetir y repetir una misma actividad simplemente por disfrutar.

Escuchar sus preguntas, captar sus diálogos, y poder participar

¡La vida a los dos o tres años es vibrante y divertida!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *