Miradas

Cuando observamos una misma situación vivida, no necesariamente la vemos de igual forma.

Dos personas cercanas que observan un mismo hecho suelen fijarse en diferentes detalles.

Esto sucede en el nuestro grupo en cada una de las reuniones.

De allí la riqueza de poder contrastar en un ambiente relajado y tranquilo nuestras diferentes miradas.

Ojalá que esto mismo nos sucediese también en la vida diaria. Porque la mirada de los niños/as no es necesariamente coincidente con la mirada de los adultos.

Que bueno sería que pudiésemos siempre contrastar, con el ánimo de poder sumar y no para confrontar y oponer, la visión de las cosas que nos suceden a diario.

Poder compartir nuestras «miradas» con las «miradas» de las personas que habitan nuestro tiempo y los espacios donde transcurre el día a día.

 

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